TAYTA SHANTI
Expresión de una manifestación auténtica
Es quizás una de las festividades más grandes de la Zona Centro y sur del País. Una expresión que (con)mueve a multitudes que históricamente desde sus inicios es una celebridad que es aguardada con bastante emoción, porque representa la más viva comprensión del mundo antiguo en la actualidad.
El Santiago o “Tayta Shanti” es la caracterización en Huancayo y todos los posibles espacios donde se disfruta de esta conmemoración de una fecha de alta felicidad, prosperidad, éxtasis, nostalgia, y un largo etcétera. Es la idea de un compromiso de responsabilidad personal y grupal para su festejo, la realización de retorno de los hijos migrantes a sus lugares de origen y una alta visita de turistas, para el deleite con los lugareños, y sin duda éste disfrute es desarrollado con el acompañamiento de varios tipos de licor, custodiados de los mejores grupos de orquesta que hechizan el ambiente y el sonido melodioso de los instrumentos originarios.
La festividad tiene una fuerte connotación religiosa, ya que se da con la incursión extranjera imponiendo la religiosidad a las creencias ancestrales que mantenían, es decir si por una parte había la creencia en la existencia de los Apus del poder de los cerros se le suma la necesaria fe religiosa de la existencia de Dios; de manera que se pauta simbólicamente que antes de festejar cualquier acción, primero se debe rendir homenaje al Señor y después desarrollar el curso de la festividad. En este marco se combina la religiosidad por una parte y la creencia popular por la otra. De esta forma en el acuerdo subjetivo y objetivo de las personas se desarrolla el Santiago o la herranza expresada en el marcado, señalamiento y agasajos a los ganados con los que conviven los pobladores de las zonas rurales. Esta práctica es relativamente acompañada por los(as) cantantes vernaculares, quienes en compañía de los danzantes manifiestan un goce de su conservación activa hasta la actualidad.
Esta enunciación tiene partes sustanciosas que combinan su realización: personas dedicadas a la elaboración de las cintas para los animales; los grupos musicales organizados para alegrar la festividad; los migrantes volviendo a sus lugares originarios y los pobladores acondicionando de mejor forma la estadía para sus visitantes; además surge la imagen del apoyo comunitario para la buena realización de la festividad, en caso contrario según se cree, la fuerza divina y los Apus castigaran su existencia.
Estas acciones mantienen amalgamadas un doble significado: la realidad objetiva que se expresa con el baile, el agasajo, el disfrute, las composiciones de las letras musicales y, por el otro íntimamente ligado la expresión subjetiva con una carga de fuerza inquebrantable de creencias de ser recompensado por la acción y los mensajes que se difunde a la población.
Entonces esta manifestación popular se convierte en la construcción del imaginario social, pues las canciones y las letras con las que bailan son expresiones más que de un fatalismo de un progreso necesario, que admite evocar (retomar) del pasado la historia como aliento y espoleo para la construcción de un futuro utópico pero incierto. Así que esta manifestación del Santiago convoca la edificación de lazos sociales, de restablecimiento del paisanaje, compadrazgo, amistad y otros lazos sociales.
Escrito en julio de 2009, Huancayo.