EL CENTENARIO DE MARIO MORENO Cantinflas
Mario Moreno Reyes, más conocido como Cantinflas, es un personaje que merece la atención de ser recordado, no solo porque se cumpla los cien años de su nacimiento (Mexico, 12 de agosto de 1911 - 20 de abril de 1993), sino por la trascendencia de su vida y actividad como comediante, que supo perpetuar los éxitos de sus películas que lo regocijaron de emoción, y sobre el cual nos hemos identificado innumerables veces. Cantinflas era aquel personaje mal vestido, con el pantalón a la cadera que denotaba gracias, con una chalina en símbolo de chaleco, y unos bigotes especiales, que hizo que se constituyera en un icono universal de la pantalla chica.
Su fama tuvo que atravesar momentos difíciles; empezó desde muy joven a trabajar en diferentes circos contando chistes y realizando trucos de magia; dedicarse por una corta temporada al boxeo y por los riesgos que se afrontaba, opto por trabajar en el teatro y cine. Es por sus ocurrencias y su gran habilidad para la actuación que empezó a filmar películas. En medio de la creciente fama que iba cosechando en Mexico, tuvo que soportar las hostilidades y críticas constantes de parte de productoras de televisión de diferentes países que no hablan el español, por la dificultad que significaba traducir a sus idiomas las expresiones y frases aceleradas, tal como lo disertaba en su intensidad y sentido concreto.
Sobre su apelativo de Cantinflas se han ensayado varias versiones, pero creo que el más acertado radica en la mención que hace el ensayista mexicano Carlos Monsiváis, en el hecho de que Mario Moreno estando frente al público en el circo Ofelia olvida su monólogo, y para cumplir con su responsabilidad, empieza a expresar palabras no estructuradas, sin ningún orden frente a los espectadores, conllevando a una conclusión de una magnifica incoherencia, ocasionando el aplauso desmedido del público y, el grito de unos cuantos asistentes que le balbuceaban a viva voz “cuanto inflas” en relación a que mientras más expresaba frases, denotaba mejor sus expresiones, que ocasionaba gracia. Es así, que de aquella contracción nace el sobrenombre de Cantinflas. Aquel apelativo es considerado por el DRAE y definido como el hecho de hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada, pero que puede causar innumerables carcajadas.
Sus iniciales producciones fílmicas tomaron como patrón los modelos de Charlie Chaplin, quien en alguna oportunidad lo catalogo como “el mejor comediante del mundo”. Considero que no se ha equivocado, debido a que no solamente sus películas tienen un formato completo de causar la gracia y la risa, sino de enseñar y educar a sus espectadores. Se puede rememorar en una de sus películas: “si yo fuera diputado”, cuando en un discurso hace la siguiente apreciación: “tal vez mis palabras no sean hermosas, es porque nunca la he bañado con la demagogia de falsas promesas”, en clara alusión de mensaje a los políticos que luchan por acceder al poder, muchas veces por mecanismo incorrectos. Y es que para Cantinflas no era importante tener un buen discurso que muchas veces contienen innumerables mentiras, sino demostrar con acciones sinceras y buenas prácticas demostrar lo que se aspira para los pobladores.
Evocar los recuerdos sobre Cantinflas es interesarse por sus más de 17 películas a colores y 34 en blanco y negro, que seguramente encandilaron a generaciones anteriores y actuales. Pienso que sus 100 años sirva como incentivo para que retomemos esos videos que posiblemente estén encajonados y volvamos a ver revalorar el significado de lo que pretendía mostrar: una sensibilidad de comediante con alta dosis de sensibilidad social.
Publicado el 17 de agosto de 2011 en el Suplemento Cultura Solo 4, Correo – Huancayo
http://suplementosolo4.blogspot.pe/2011/08/el-centenario-de-cantinflas.html